domingo, 17 de mayo de 2009

¿Dónde está la izquierda?


Una reflexión de Michel Onfray acerca de la izquierda tradicional, del libro "La Fuerza de Existir". El autor reivindica aquí la importancia de la auto-crítica, fundamental para evitar todo sectarismo o proselitismo. Una posición política no debe nunca considerarse perfecta y justificar su accionar bajo argumentos poco coherentes. Es intelectualmente incorrecto, a mí parecer, resguardarse en el relativismo donde todo puede ser bueno o malo, donde todo - a través de intrincados argumentos y la suficiente tergiversación y juegos verbales - puede ser justificado y aceptado.

El genio colérico libertario.¿Dónde está la izquierda? (Michel Onfray, filósofo francés anarquista)


"Asunto de actualidad, por cierto, pero también asunto fundamental.¿Cuándo apareció? ¿Dónde está? ¿Qué la define? ¿Cuáles son sus luchas? ¿A qué se parece su historia? ¿Y los grandes nombres? ¿Sus luchas más célebres? ¿Sus fracasos, sus límites, sus zonas oscuras? El socialismo, el comunismo, el estalinismo, el trotskismo, el maoísmo, el marxismo-leninismo, el social-liberalismo, el bolchevismo, forman parte de ella, desde luego. ¿Pero qué tienen en común Jaurès y Lenin? ¿Stalin y Trotsky? ¿Mao y Mitterrand? ¿Saint-Juste y François Hollande? En teoría: el deseo de no tolerar la pobreza, la miseria, la injusticia, la explotación de la mayoría por un puñado de poderosos. En la práctica: la Revolución Francesa, 1848, la Comuna, 1917, el Frente Popular, Mayo del 68, París de 1981 a 1983... Pero también, en su nombre: el Terror del 93, el Gulag, Kolyma, Pol Pot. Ésa es la Historia: pulsión de vida y pulsión de muerte entremezcladas.
¿Y el espíritu de la izquierda? Si la juzgamos por sus logros en la Historia de Francia, igualdad jurídica de los ciudadanos en 1789: judiós y no judíos, hombres y mujeres, blancos y negros, ricos y pobres, parisinos y provincianos, nobles y plebeyos, hombres de letras y artesanos; fraternidad social de los trabajadores: obras comunitarias y trabajo para todos en 1848, semana de cuarenta horas y vacaciones pagas en 1936; libertades ampliadas de la mayoría después de las barricadas de Mayo del 68. Esas conquistas se derivan del uso de la fuerza y de la potencia del genio colérico de la revolución. Esa energía que recorre aquellos tres siglos constituye lo que yo llamo la mística de izquierda. Una fuerza arquitectónica que sentimos dentro de nosotros mismos o no, y a la que adherimos o no. Surge menos de una deducción racional que de una situación epidérmica con relación a nosotros mismos: también allí el psicoanálisis existencial podría dar cuenta de la presencia del hálito en nosotros mismos...o de su ausencia..."