jueves, 16 de julio de 2009

Argumentos en contra del ateìsmo. La intolerancia del creyente


Aquí me propongo responder a 3 de los argumentos más usuales que enuncian los creyentes en contra del ateísmo. Esto es relativamente fácil ya que las religiones proponen dogmas irracionales y, por lo tanto, los argumentos serán igualmente sencillos de refutar. No existen, en realidad, justificaciones inmanentes y racionales ya que, de hecho, la fe es superior a la razón. No tengo interés alguno en debatir aquí la existencia o la no existencia de Dios, sino las falacias empleadas para desacreditar al ateo.

1) Una persona llega al ateísmo por experiencias trágicas y tristes de su pasado, siendo llevado a descreer del Señor. Al ser mediocre y resentido, culpa a Dios de todos sus males y trata de canalizar su energía negativa y odio atacando a la Iglesia y al Todopoderoso.

Este argumento es probablemente uno de los más pobres y carentes de profundidad, siendo posible una fácil contra-argumentación. Es un triste intento de explicar lo que no pueden comprender, una baratija psicológica.
Seguramente existen ateos que reúnan estas condiciones, pero no es necesariamente así en todos los casos, el razonamiento es falaz. Grandes científicos, filósofos, escritores, músicos, historiadores, etc. han sido y son ateos. Basta nombrar a Karl Marx (el más grande de todos), Friedrich Nietzsche, Michel Onfray, Juan José Sebreli, Charles Darwin, Arthur Schopenhauer, Oscar Wilde, Jack Nicholson, Stephen Hawkings, José Ingenieros, Erich Fromm, Lisandro de la Torre, Epicuro (precursor del ateísmo occidental). Estos hombres no adolecieron, precisamente, de grandes fracasos (en el sentido convencional de la palabra) y han sido infinitamente mejores y más útiles a la humanidad que los hombres de Dios (hablo de parasitarios obispos, sacerdotes y papas), muchos de los cuales se han dedicado a organizar Autos de Fe, a adoctrinar, y a abusar de niños.
De hecho, una de las causas de la creencia en Dios viene impulsada por la necesidad de una figura paterna que llene los vacíos de sus vidas. Dios es el hermano mayor que cuida de nosotros y nos aleja de los peligros de la vida, Dios es el creador del mundo ulterior al terrenal. Como todo argumento débil, contiene peligrosos silogismos que se vuelven en contra de la propia creencia. ¿Quién utiliza a Dios como chivo expiatorio entonces? ¿Quién culpa al Señor de todos sus fracasos y males? El ateo seguro que no, porque la palabra misma indica la negación de la creencia en cualquier dios o ente supranatural, el ateo no niega de toda creencia. Se suele confundir este término con la palabra nihilismo. Etimología de la más básica.


2) El ateo no existe. Todos en el fondo creen en Dios, es imposible negar al Señor. En todo caso, la negación de Dios viene de la mano de una rebeldía adolescente y si perdura desaparece con total seguridad cuando se acerca la muerte. Todos necesitan y deben creer en Dios. El que reniega de Dios lo hace solo en apariencia, en el fondo de su alma creen.

Esto se relaciona, evidentemente, con la intolerancia que caracteriza a todo dogma. No se acepta lo diferente, lo distinto debe ser desechado y rechazado enérgicamente. El único mundo posible es el que nosotros imaginamos.
Yo podría plantear, siguiendo este razonamiento, que no existen creyentes y que en lo más recóndito de su espíritu saben que Dios no existe. Los ateos aceptamos lo diferente y si criticamos a las religiones no lo hacemos con ánimo de discriminar, sino porque creemos firmemente que debemos señalar los aspectos negativos de las mismas.
Debo admitir que es cierto que en la juventud afloran sentimientos de rebeldía en contra de lo establecido, contra la autoridad paterna y las imposiciones y límites. Esta rebeldía sólo se vuelve genuina y verdadera con la lectura y profundización de las convicciones, Es cierto que muchas personas abandonan su efervescencia de contraponerse al establishment cuando crecen. Pero no todos. De hecho, los grandes revolucionarios e intelectuales que trascendieron pudieron persistir en sus convicciones. Creo que se abandonan las posiciones de inconformismo debido a la represión ejercida por lo establecido en su instinto de conservarse y permanecer. Por lo cual, no tengo motivos para creer que la rebeldía es algo exclusivo de la juventud.
Cuando Bertrand Russell tenía ya 97 años y sabía que podía morir en cualquier momento, un periodista le preguntó en una entrevista si sus convicciones ateas habían cambiado de alguna manera, a lo que contestó histriónicamente: “Si, he cambiado. Soy más ateo que hace unos años. Ya no puedo soportar la ansiedad de saber que se siente al estar junto a la tierra fresca en un ataúd…”
La religión, en un desesperado y triste intento por eliminar la disidencia, elabora pobres frases sin argumento. Si un ateo, al aproximarse a la tumba, reniega de sus convicciones lo hace por falta de las mismas justamente, lo hace por no haber profundizado sus ideas.
Arriba mencioné a algunos de los grandes ateos de la historia. Dudo que estos hombres hayan sido débiles de convicción y carácter.


3) Si el ateo se empeña en hacer hincapié con respecto a su posición, es por inseguridad. Para que repetir y porque el empeño en hablar sobre la cuestión, si es ateo que lo sea, pero que se lo guarde para él.


Como ateo, no porto signos que me identifiquen como tal. No concurro a templos donde celebre mi convicción y no tengo conocimiento de organizaciones o grupos ateos que ronden por las calles con folletos tocando todas las puertas para intentar convencer a nadie. En el caso de que así sea, no veo razón para no hacerlo. ¿Porqué los creyentes van a templos, porqué organizan grandes movilizaciones, porqué tienen derecho a manifestar su religión y el ateo no puede hacerlo? ¿Porqué debe el ateo guardárselo para sí y ocultarlo en lo recóndito de su espíritu? ¿Por qué el creyente puede portar cruces y símbolos y el ateo debe callarse?

viernes, 12 de junio de 2009

Defender lo indefendible: padre Grassi


Hay ciertas cosas que pueden ser discutidas. Se puede hablar de la dureza de la condena (es decir, si es suficiente o si hace falta más); se puede discutir si el padre debería ir o no a una cárcel común (sabemos que allí adentro la pena puede ir más allá de lo estrictamente necesario...). Lo que no puede ser discutido es que de hecho se ha comprobado que el padre Grassi es un pedófilo. Las pericias psicológicas señalan que el perfil del sacerdote es, efectivamente, el de un pederasta. Por otro lado, tenemos las pruebas que muestran una realidad innegable: el padre Grassi es un delincuente sexual.
Lamentablemente, los sacerdotes católicos (digo deliberadamente CATÓLICOS) tienen un prontuario que poco ayuda en la situación del condenado (sí, fue efectivamente condenado). A lo largo de la historia (con estadísticas claras), la pedofilia, el abuso sexual y la corrupción de menores ha sido una tarea practicada en grandes cantidades por estos hombres del Señor, loca costumbre seguramente inducida por la obligación al celibato y la castidad que el Todopoderoso (a quien ruego y agradezco cada día)impone a sus súbditos; creo yo que allí está la piedra angular de la cuestión.
Dejando de lado la ironía barata,a la que volveré en la próxima oración, vamos a la cuestión básica. El día del juicio he visto agrupaciones que defendían al clérigo, cuestión entendible ya que hay varias cosas en juego (¡¡sobre todo niños, si!!). Pero lo que me sorprende es, por un lado la resolución de los jueces que condenan a un pedófilo y lo dejan circular libremente ¡¡y asistir al hogar donde jugaba con los niños!! y por otro lado las manifestaciones de personas (seguramente devotos cristianos, no lo dudo) que dicen frases como "la verdad es del sacerdote y de el o los niños; lo que importa es el hogar" (increíble pero es verdad: lo escuché en un noticiero importante).
La conclusión que sacará mucha gente es que, no quiero subestimarlos, si los chicos se quedan sin hogar es culpa de la justicia o de aquellos que incriminaron al ilustre sacerdote (que tan fielmente representa a sus colegas y comunidad, luego hablaremos de Edad Media, Inquisición y dictaduras). Es todo esto parte de la concepción cristiana de la realidad: el perdón, el arrepentimiento, la redención, etc.,(a veces el fuego estimula a los rebeldes...).
En fin, me encantaría seguir escribiendo sobre las travesuras de la religión católica pero la esencia de lo que quiero expresar se escaparía: el padre Grassi es efectivamente culpable y es grave, patético y terrible que sea defendido como lo han hecho agrupaciones enteras, noticias y blogs (he leído cosas tristes en muchos de ellos) y aún mas grave que pueda seguir en libertad y ¡¡¡asistiendo al lugar donde perpetró los hechos!!!, y lo peor de todo: sacerdotes (católicos, claro) que siguen abusando y destruyendo vidas de niños a lo largo del mundo. Debe ser cambiada la estúpida concepción católica del celibato y la castidad (entre tantas otras cosas), es una cuestión de mero sentido común.
Una persona una vez me dijo que "la religión, por más errores que tenga, impulsaban a los seres humanos a ser mejores". Que curiosa manera de demostrarlo, aunque tal vez mi concepción de "mejor" o "superior" o "progreso" sea la equivocada. Quiero aclarar que esta persona no debe ser tomada enserio (¡¡¡¡me rió a mandíbula batiente!!!!), tiene ciertos problemas de tipo mental.

domingo, 17 de mayo de 2009

¿Dónde está la izquierda?


Una reflexión de Michel Onfray acerca de la izquierda tradicional, del libro "La Fuerza de Existir". El autor reivindica aquí la importancia de la auto-crítica, fundamental para evitar todo sectarismo o proselitismo. Una posición política no debe nunca considerarse perfecta y justificar su accionar bajo argumentos poco coherentes. Es intelectualmente incorrecto, a mí parecer, resguardarse en el relativismo donde todo puede ser bueno o malo, donde todo - a través de intrincados argumentos y la suficiente tergiversación y juegos verbales - puede ser justificado y aceptado.

El genio colérico libertario.¿Dónde está la izquierda? (Michel Onfray, filósofo francés anarquista)


"Asunto de actualidad, por cierto, pero también asunto fundamental.¿Cuándo apareció? ¿Dónde está? ¿Qué la define? ¿Cuáles son sus luchas? ¿A qué se parece su historia? ¿Y los grandes nombres? ¿Sus luchas más célebres? ¿Sus fracasos, sus límites, sus zonas oscuras? El socialismo, el comunismo, el estalinismo, el trotskismo, el maoísmo, el marxismo-leninismo, el social-liberalismo, el bolchevismo, forman parte de ella, desde luego. ¿Pero qué tienen en común Jaurès y Lenin? ¿Stalin y Trotsky? ¿Mao y Mitterrand? ¿Saint-Juste y François Hollande? En teoría: el deseo de no tolerar la pobreza, la miseria, la injusticia, la explotación de la mayoría por un puñado de poderosos. En la práctica: la Revolución Francesa, 1848, la Comuna, 1917, el Frente Popular, Mayo del 68, París de 1981 a 1983... Pero también, en su nombre: el Terror del 93, el Gulag, Kolyma, Pol Pot. Ésa es la Historia: pulsión de vida y pulsión de muerte entremezcladas.
¿Y el espíritu de la izquierda? Si la juzgamos por sus logros en la Historia de Francia, igualdad jurídica de los ciudadanos en 1789: judiós y no judíos, hombres y mujeres, blancos y negros, ricos y pobres, parisinos y provincianos, nobles y plebeyos, hombres de letras y artesanos; fraternidad social de los trabajadores: obras comunitarias y trabajo para todos en 1848, semana de cuarenta horas y vacaciones pagas en 1936; libertades ampliadas de la mayoría después de las barricadas de Mayo del 68. Esas conquistas se derivan del uso de la fuerza y de la potencia del genio colérico de la revolución. Esa energía que recorre aquellos tres siglos constituye lo que yo llamo la mística de izquierda. Una fuerza arquitectónica que sentimos dentro de nosotros mismos o no, y a la que adherimos o no. Surge menos de una deducción racional que de una situación epidérmica con relación a nosotros mismos: también allí el psicoanálisis existencial podría dar cuenta de la presencia del hálito en nosotros mismos...o de su ausencia..."

viernes, 27 de marzo de 2009

Porque soy ateo


Soy ateo porque no puedo creer en algo que jamás he visto, y de lo cual no existen pruebas de ningún tipo. Soy ateo porque no le temo a la muerte, la considero parte de la vida y la entiendo como un proceso natural e inevitable. No necesito creer en una vida después de la muerte para ser feliz y me resulta estúpida la idea de un ser superior que creó el universo cuando todas las teorías biológicas y estudios científicos indican claramente lo contrario. Soy ateo porque creo en la razón, en las potencialidades humanas y en la relación del hombre con su entorno social y natural. Las religiones, todas ellas, están basadas en culto a la muerte y a lo largo de la historia generaron odio, guerras e ignorancia. Digo deliberadamente -y que quede claro-, que el dogma de Dios apoya directamente el odio, la muerte y la ignorancia, y que han sido el principal obstáculo del progreso humano a lo largo de la historia. Las religiones enseñan que pensar es un acto peligroso y condenan la razón posicionándola por debajo de la Fe.
No es mi intención atacar al creyente como individuo pero estoy convencido de que las estructuras religiosas no han hecho absolutamente nada en pos del progreso humano, exceptuando el calendario y pocas cosas más. Lo demás ha sido construir miedo y generar odio irracional. Quiero que quede bien claro que no tengo absolutamente nada contra el creyente, respeto su libertad de culto y opinión (de hecho tengo amigos y conocidos religiosos, y son excelentes personas).
Guerras y cruzadas en nombre de un ser que jamás se manifestó de ninguna manera, privaciones por temor al fuego eterno, resignación con la esperanza de una vida en el más allá que durará por siempre y en la cual nos reencontraremos con nuestros seres queridos. Todo esto parece un gran cuento de hadas, una gran mentira que funciona como una droga para que no pensemos, no oigamos, no veamos. Sería casi gracioso si no hubiera ocasionado la muerte de millones de personas y la sumisión de la mayoría de los seres humanos a la autoridad de Dios.
Digo deliberadamente que la religión (sobre todo la cristiana) es y ha sido uno de los mayores regimenes genocidas de todos los tiempos.
Dios es omnipotente, omnipresente, todopoderoso y perfecto. Si así fuera el mundo y los seres humanos deberían ser perfectos (lógica muy básica: un ser perfecto debe engendrar algo perfecto, de lo contrario habría una debilidad en su capacidad creativa, lo que significa que no es perfecto), y bien sabemos que ha habido personajes a lo largo de la historia que están lejos de ser perfectos. Dios inmortal, hombre mortal, Dios perfecto, hombre imperfecto: ¿No suena raro? Mis instintos más básicos me dicen que el hombre creó algo que no poseyera sus defectos. Psicología de la más simple.
Soy ateo porque se que esta vida es la única y he elegido vivirla. Soy ateo porque creo en la verdad como autoridad y no en la autoridad como verdad.
En la sección “ateísmo” me voy a explayar sobre los temas mencionados superficialmente en esta entrada.

Pena de Muerte e Ignorancia


Hace aproximadamente 1 mes fue asesinado Gustavo Lanzavecchia, florista y colaborador de Susana Giménez, a raíz de lo cual la diva se declaró a favor de la pena de muerte y manifestó su desprecio por los derechos humanos hacia los asesinos y maleantes. El comentario generó polémica, controversia y despertó en la clase media - alta el usual nivel de inconsciencia y fascismo que permanece siempre allí y casualmente se activa cuando se ve amenazado su acartonamiento burgués.
Susana Giménez no representa al pueblo ni a los intereses de la sociedad, sino que habla como multimillonaria que se aterra cuando uno de los “suyos” se ve afectado. Se escandaliza cuando asesinan a una persona y jamás ha hablado acerca los miles que mueren de hambre en su país todos los días, gracias a lo cual ella monta un Mercedes Benz y va de compras a Europa mes por medio. La autoridad que representa Susana Giménez crea relativismo moral y confusión que tiene cabida gracias a la ignorancia y estupidez generalizada de la sociedad. Primero, dudo seriamente de que ella mantenga sus capacidades intelectuales intactas o que siquiera posea tales capacidades, por lo cual no representa una autoridad moral ni ética para opinar sobre ningún tema que se salga del teatro de revista y los romances ocultos de las participantes de concursos de baile.
Personalmente, estoy en total desacuerdo con la aplicación de la pena de muerte bajo ninguna circunstancia y/o situación ya que representa una violación directa y legal al derecho humano fundamental de la vida. La solución no es matar a quien mata, ni condenarlo al aislamiento y penurias, esto no significa ningún cambio social ya que el individuo se ve sometido a penurias, hambre, odio y denigración todos los días de su vida. La pena de muerte, la represión, la cadena perpetua no hacen más que tapar huecos cuando hay que cambiar la realidad. El sistema capitalista y personajes enriquecidos por propagar ignorancia y valores consumistas generan indefectible e inevitablemente pobreza, y la pobreza genera delito.
Lo alarmante no es el comentario de Susana Giménez en sí, sino la aceptación de tal idea por parte de la sociedad. Esto se relaciona directamente con la ignorancia de la gente que vive en una burbuja donde los programas de chimento y el fútbol ocupan el principal círculo de intereses. Por otro lado, el fascismo que caracteriza a la clase media-alta, arraigada en los valores cotidianos por influencia de las dictaduras y por la moral judeo-cristiana, que aboga por la muerte y la denigración social. No es mi interés profundizar sobre la cuestión religiosa en esta entrada., pero es necesario mencionar que la moral y los valores impuestos por la Iglesia generan este tipo de ideas nazi.
La idea básica de esta entrada es criticar a la falta de profundidad y consciencia. El crimen no se solucionará jamás con pena de muerte o largos períodos en la cárcel para los “malhechores”. La solución está a la vista: cambiar el sistema y la realidad en que vivimos. Creo que es tan o más grave la existencia de programas de televisión que promueven la estupidez y la banalización que el crimen físico en sí mismo.